Que gozada ayer a mediodia en el bar. Entré al bar mis jóvenes amigos, Marcelo y Alfredo en la mesa con el hijo de la Tía María, Carlos y unos amigos en la barra y sin dejarme hablar, el "cenizo" de Carlos, como ami me llamaba su padre, yá me traia un vaso de vino blanco, extraordinario por cierto, con unas aceitunas. Este cariño de las gentes de Camprovín no se me olvida y al marchar sale el amigo Javi, el de la Imma, para que pruebe sus depósitos de clarete y de tinto. Al final a bajar por la M-30 para despistar y despacito y buena letra a casa. Un abrazo para todos dse un chinche de Hormilleja.