Yo creo que al que le teníamos martirizado era a él! Yo recuerdo que como era chico y el pequeñajo, no le dejábamos venir con nosotras. Pobrecito. A veces yo me lo llevaba a jugar con nosotras y la Cruz se enfadaba, porque no se podían ni ver! Vaya dos! Es que Toño era muy bruto y la otra una dramática, ja, ja. (Que yo os quiero mucho a los dos, eh?)