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CAÑAS: Otra locura que recuerdo muy bien... Cuando nos aburrimos...

Otra locura que recuerdo muy bien... Cuando nos aburrimos de pasear a los muñecos (el Jesusín, el Retoño... te acuerdas Cruz?) en nuestros coches de capota (no de juguete, los nuestros de verdad!) nos dedicabamos a meter a los perros, principalmente cachorros o los más pequeños que eran los que podíamos controlar. Para que no se saliesen, subíamos la capota y les poníamos esa funda azul marino con un poquito de plástico arriba, lo de la lluvia, así solo asomaban la cabeza por encima del plástico, los pobres.
Y cuando ya no le encontrabamos gracia sólo a pasearles, es cuando nos dedicamos a tirarlos cuesta abajo desde la iglesia. Y sí, creo que en una tarde de esas, incluso tiramos a Toñito (pero menos tramo, por si acaso). Con lo mozo que está ahora, si me da un sopapo... me manda al Ebro directa, ja, ja!