El
Castillo está ubicado en el término de
Clavijo (
La Rioja), hoy en estado semiderruido, el cual se halla en el paraje denominado «Castillo», ocupando una superficie de 1.000 metros cuadrados, de los cuales 200 metros se hallan edificados y 800 metros cuadrados descubiertos. Está constituído por una
muralla de unos 85 metros de largo por 1,50 metros de grueso, en la que existen cuatro
torreones o cubos, siendo sus linderos por la derecha, izquierda y fondo, con terrenos eriales propiedad del municipio de radicación.
En 1908, Valentín Acha y Hurtado en su obra «Recuerdos y bellezas en La Rioja: De Logroño a Clavijo» señala que «De los seis torreones que defendían la fortaleza por la parte del
pueblo, sólo quedan vestigios de cuatro, habiendo desaparecido por completo los dos que defendían exteriormente la
torre del
homenaje, de la cual también han desaparecido las saeteras que la coronaban». Añade que «No causa extrañeza el no encontrar vestigios de las
torres interiores, porque al derrumbarse, precipitáronse en el fondo del barranco haciéndose pedazos diminutos al caer de lo alto de las
rocas sobre las que se asienta el castillo».
«Este reducto -según la memoria redactada por el arquitecto Julio Sabrás Farias, que ha dirigido los últimos trabajos de restauración y consolidación del castillo- llamado HARAM AL HINS no contaba más que con unas pocas instalaciones permanentes: aljibe para la recogida de las
aguas de
lluvia; almacén de armas o reserva de víveres; algún tipo de
alojamiento elemental en los torreones y en la Torre del Homenaje»
Añade que Torres Balbás habla de un tipo de fortaleza que se reduce a una torre y un pequeño espacio circundado por un muro junto a ella. Por ello se cree que el castillo pudiera haber sido construído en dos etapas: se comenzó por la Torre del Homenaje y sus aledaños, y después se construyeron las
murallas que flanquean el Peñasco. Sabrás Farias señala que «Posiblemente el origen del Castillo musulmán de Clavijo, construido a comienzos del siglo IX se redujera a un
torreón con un
patio adosado en su lado horizontal, mientras que la muralla flanqueada por torres cilíndricas fuera obra cristiana del primer tercio del siglo X. La muralla es de material más menudo que el del torreón y el recinto posterior, habiéndose conservado mucho mejor que aquella».
En la actualidad se mantiene en pie del Castillo, una muralla que defendía la parte que mira al pueblo, el único lado accesible a la
roca sobre la que asiente -señala Cesáreo Goicoechea en su libro «
Castillos de La Rioja»- y añade que «la mellada
sierra de sus almenas corre a lo largo de todo el muro. Los desmochados cubos de los revellines que cubren la amurallada cortina y la gran torre todavía dan cierta solemnidad a los restos de lo que debió ser inexpugnable fortaleza».
Notas históricas
El Castillo de Clavijo, según los expertos, parece ser obra del siglo IX. Algunos historiadores lo hacen coetáneo del primitivo
Monasterio de
San Prudencio, el cual ya existía como tal en
la era del 988 (año 960). Sin embargo, Lorenzo Merino Barragán, quien fuera cura de Clavijo, dice en su obra «Perfiles Jacobeos» (editada en 1954), que antes de esa época ya existía el primitivo Castillo en el lugar denominado «Castillo antiguo», al que sustituyó el actual. En los documentos del Solar de Valdeosera ya se menciona dicho castillo que fue tomado en la Batalla de Clavijo con la protección del Apóstol Santiago por don Sancho Fernández de Tejada con sus mesnadas; «arrancó -dice- de su más alta almena la enseña de la media luna y colocó en su lugar la
bandera de la
Cruz de Pelayo».
El conde Fernán González estuvo preso en esta torre tras ser cogido por sorpresa en Cirueña.
En la era de 988 (a. 960), el Conde Fernán González, hecho preso por sorpresa en Cirueña por el Rey de
Navarra, don García Sánchez, fue llevado preso primeramente a Pamplona y después al Castillo de Clavijo, de donde más tarde se le trasladó al castillo de Tobía.
En el catálogo del Abad Mirón de Albelda -según relata Cesáreo Goicoechea en su obra «Castillos de La Rioja»- formado en tiempos del Obispo de Calahorra, D. Pedro, figura que el Rey Don Sancho el Mayor de Pamplona, donó en el 1033 el Castillo de Clavijo al Monasterio de San Martín de Albelda. En la escritura de donación del patronato de
Santa Columba, hecha por el Rey Don García a su esposa Doña Estefanía en 1046, aparece como testigo un Eneco López, señor de Clavijo. Otro señor de dicha
plaza es Fortunio López de Lilli (año 1048). Nuevamente hay constancia de otro gobernador o teniente del Castillo de Clavijo <<senior fortunio iohannes dominator clavilio>>, en una escritura del 1074 del Becerro de Valvanera. Según el documento fundacional del solar de Valdeosera, el señorío de Clavijo estaba vinculado en Sancho Tejada y sus descendientes. En la colección privada del Archivo de Simancas, núm. 21, tomo VI, aparece un texto en el que se confirma la existencia de un Castillo, anterior al actual, en el término conocido como «Castillo antiguo». Es decir, en el año 1033 existían dos Castillos de Clavijo: el antiguo o primero, y el segundo o actual, que se construiría para sustituir al anterior destruído en parte por las guerras y que protegía al Monasterio.
En 1167 era alcaide Ferrán Garcés, probablemente en nombre de Alfonso VIII. En 1170 este lo ponía en fieldad en manos del señor de Cameros Pedro Ximénez, como garantía del pacto hecho con el rey de
Aragón.
En el archivo parroquial -indica Lorenzo Merino Barragán en su obra «Perfiles Jacobeos» (año 1954)- existe un extenso manuscrito que empieza así: » Piezacorriente. Enlegajo 46; Resumen del pleito que sigue la Villa de Clavijo con el Monasterio de San Prudencio, Orden de San Bernardo para que éste no goce de los aprovechamientos de pastos,
monte, aguas y otros derechos en el término de dicha villa, con motivo de Real cédula de 22 de diciembre de 1766, con insercción del Auto acordado del Consejo Pleno de 5 de diciembre de dicho año, formado a consecuencia de la Real Cédula de 11 de septiembre de 1764″, en el que se recoge la compulsa de una Carta de donación hecha por el Rey Don Sancho y su mujer Doña Placencia en la era de 1112 (a. 1074) en el Monasterio de Santa María de Nájera a Doña Urraca Iñiguez del Castillo de Clavijo y una heredad de Don Juan, presbítero;
casas, viñas y entradas; hierba,
agua y demás pertenencias. Y enseguida otra donación hecha por Doña Urraca Iñiguez de aquel su Castillo de Clavijo con sus tierras, viñas y lagar con entradas, salidas enteramente en aquella mi proporción y doy una
casa con sus heredades. Todo para que por vuestras oraciones…a San Prudencio. Era de 1124 (a. 1085).
En 1177 el Castillo de Clavijo es reclamado junto a otras fortalezas por el Rey de Navarra, Don Sancho VII, en virtud del compromiso concertado el año anterior con Alfonso VIII de Castilla.
El 12 de febrero de 1285 el Rey Don Sancho IV confirmaba el privilegio que él mismo había concedido, siendo infante, por el cual donaba el Castillo de Clavijo con la mampuesta y la villa de ese mismo lugar al Consejo y vecinos de Logroño «para mío seruiçio que me fezieron en cobrar e ganar el castillo de Clavijo que tenie don Johan Alfonso de
Faro e punnana en me deseruir quanto podie con él»