En la aduana de
Melilla un senegalés, más negro que el tizón, intenta pasar a
España con un pasaporte falsificado con una
foto de Leonardo di Caprio.
Cuando le toca a él entrega el pasaporte el guardia civil,éste mira el pasaporte, mira al senegalés, se arrasca la cabeza, vuelve a mirar al senegalés y al pasaporte... y dice: Ezpere un momento, po favó.
El venemérito entra a la caseta de frontera y pregunta al sargento: Mi zagento, uzté que eztá ma eztudiao que yo, el Titanic, ¿ce undió o ce quemó?