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Mauricio y Chencho con Maravillas, CORDOVIN

Cuando la juerga tiene nombre de bodega,
no hay verguenza, ni reparo.
La virtud se escancia del jarro,
saciando la sed de alegría.
La amistad queda alimentada,
comiendo de una tartera vacía.
Nacho.
Para todos aquellos que sintieron la bodega como un lugar para la amistad.
Foto gentileza de Valerio Estebas.
Juven, que ser, no eres, pero si que tienes un aire.
Por otro lado yo creo que no te hubiera importado estár en el ajo.
Saludos
Cipri
Que no soy yo, madrugador, ponte las gafas, saludos.
Que bien te sienta la corbata, Juvencio, un saludo.
A mí ese señor me recordaba al hermano de tu tía Tere la de Benito... o a un señor de Cirueña o Ciriñuela que iba a veces a casa de Benito.
Maravillas (tercero por la derecha) era de Castañares y compraba champiñón, los demás supongo que serían del mismo pueblo.