Hoy día 12-12-12, fecha que no se repetirá hasta dentro de cién años, creía, ingenuo de mí, que podía ser un día de suerte. La cruda realidad, que despierta las mentes soñadoras, me ha colocado de un zarpazo en su sitio: Vale se ha ido.
No sé si esta
noche ha ladrado algún perro (como él solía pensar) intuyendo la mala noticia, pero el lamento de muchos cordovinachos está latente este frío día de finales de
otoño.
Debajo de la piel de lobo que mostraba su carácter un tanto recio y brutito, se escondía un alma cariñosa y dolorida que yo también tardé en descubrir. Cuando conocí esa "cara oculta" se hizo merecedor de mi mejor aprecio.
Nunca pensé que esta
foto, que él me dejó para ponerla en el
foro, me iba a servir para darle este pequeño
homenaje de sentida despedida.
Como decía su querido tío Eliseo: Adios, pariente.