Nacho te acuerdas cuando ibamos a por las hostias a cañas y las traiamos en un caja de galletas maria que era de metal y veniamos todo el camino corriendo y zunglando la caja a ver si se rompia alguna porque comerse las rotas no era pecado y llegabamos a cordovin y no se habia roto ninguna y tu dandole patadas a la caja hasta conseguir que se rompieran y luego de vuelta al convento a pedir otras y nos decian las monjas: si habeis venido hace poco... y les deciamos que eramos de alesanco... jajajaja
Fernando, mira que nos ha dado hostias la vida, pero como aquellas... ¡Qué bien sabían!. Pero no asustemos al personal, en el fondo éramos buenos monaguillos.