Entrando al trapo que me tiende Toño:
Por el verdor de las laderas de Ribarveja y de la viña de Garnica, se me antoja que es la
primavera del 78, año en el que cayó en Enero la enorme
nevada; un domingo de Abril.
La viña donde está Resu forzaba a la
carretera a trazar dos retorcidas curvas de bienvenida al
pueblo, aunque ésta, en realidad, la daban los dos imponentes olmos de Gerardo con sus casi veinte metros de altura. Entonces, que el frotón no había sido ni pensado, podía ver salir el sol desde
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