Tienes razón Lourdes; la calefacción de los distintos derivados del petroleo ha ido dejando a un lado la clefacción autóctona de nuestra zona. Siempre hemos sido autosuficientes en este sentido gracias al
fruto de nuestros viñedos. Los sarmientos y cepas viejas han sido durante siglos la
fuente energética de nuestros hogares. Eran necesarios todos los dias del año para cocinar los entrañables pucheros y demas guisos que constituian nuestra dieta. Aquellas cocinas económicas, lo mismo asaban una buena
... (ver texto completo)