Es cierto, este rancho tiene una pinta buenísima.
Si os acercáis un poco, huele que alimenta.
No os podéis imaginar cómo tuvo que estar esta
paella. Mi cuñado Jesús es un auténtico maestro haciendo la paella de carne; cada vez que la como tengo que hacer un
paseo para enderezar el torzón que me da la sobredosis que me meto.