Llevas razón Toño, (tan tempranas como las uvas de la parra). Los actos religiosos para eso de la una ya habrían terminado.
Comenzaba entonces la sesión de baile, en la plaza (por cierto todo el mundo bailaba aunque hubiera sol). Mientras esto ocurría, las autoridades municipales y eclesiásticas, más los danzadores. Tomaban el vermut dentro del ayuntamiento.
A eso de las dos el maestro Liberio, volteaba todas las campanas otra vez, durante un buen rato. Entonces la orquesta hacia un descanso hasta que acabara Liberio, y Liberio con lo suyo, gozándola. Era entonces cuando a los músicos les oías decir. Pero cuando acabara… Claro como él no baila.
Comenzaba entonces la sesión de baile, en la plaza (por cierto todo el mundo bailaba aunque hubiera sol). Mientras esto ocurría, las autoridades municipales y eclesiásticas, más los danzadores. Tomaban el vermut dentro del ayuntamiento.
A eso de las dos el maestro Liberio, volteaba todas las campanas otra vez, durante un buen rato. Entonces la orquesta hacia un descanso hasta que acabara Liberio, y Liberio con lo suyo, gozándola. Era entonces cuando a los músicos les oías decir. Pero cuando acabara… Claro como él no baila.
Bonito comentario Pepe.