En un jarro así, en esta bodega, quise probar el zurracapote de Toño, pero me tuve que conformar con echarme un sorbito que me dió el "tío" Abel, porque Toño no hizo publicidad. La verdad, estaba cojonudo, mucho mejor que el que hice Yo, por que la base de mi zurracapote no era de Cordovín, era como el de Asunción y visto lo visto como me dice mi madre "que bien estás callado, hijo". Enhorabuena Toño, pero guarda un poquito, para echar otro sorbito. Un chinche Hormilleja.