Un bonito retrato de nuestras costumbres y tradiciones. Día de fiesta implicaba peregrinación de las cuadrillas a las bodegas a charlar un rato con los amigos y vecinos al abrigo del frio en invierno y del calor en verano dentro de los calaos o en la entrada de los cañones, como en ete caso, fumando unos buenos cigarrillos bien regaos con el resultado del trabajo de todo el año. Aquí parece que están dando buena cuenta de un buen porrón de tinto... por cierto poco abundante en el pueblo en aquella época en la que predominaba el clarete.
Creo reconocer la bodega, pero creo que ahora tiene la puerta por otro lado. No me voy a tirar a la piscina y voy a esperar a que otro nos indique el sítio donde se encuentran estos tres cordovinachos.
Creo reconocer la bodega, pero creo que ahora tiene la puerta por otro lado. No me voy a tirar a la piscina y voy a esperar a que otro nos indique el sítio donde se encuentran estos tres cordovinachos.