¡Qué foto!
Una hermosa niña con un cansado abrigo de bolsillos llenos. En la pared medianil, de sólido estante, descansan la caldera, la salma y un viejo y roído saco que espera otra segura utilidad. El último piso del ayuntamiento está aún deshabitado, vacío. El piso del cura (en casa de la Adora) tiene mucha vida y flores-al menos macetas-, sus ventanas están abiertas y Don Vicente y sus sobrinas (Felisa y Vea) estarán cerca... Otro tiempo, en el que el aire seguramente soplaba más limpio.
Una hermosa niña con un cansado abrigo de bolsillos llenos. En la pared medianil, de sólido estante, descansan la caldera, la salma y un viejo y roído saco que espera otra segura utilidad. El último piso del ayuntamiento está aún deshabitado, vacío. El piso del cura (en casa de la Adora) tiene mucha vida y flores-al menos macetas-, sus ventanas están abiertas y Don Vicente y sus sobrinas (Felisa y Vea) estarán cerca... Otro tiempo, en el que el aire seguramente soplaba más limpio.
guapo el comentario nacho, me gusta mucho. saludos.