hola nacho; a mi siempre me ha parecido que el oficio de guarnicionero, mas que un trabajo era una manifestacion artistica, recuerdo perfectamente aquel olor a cuero, aquellas costuras imposibles, aquellos adornos, ¡que maravilla! y como disfrutaban los muleros con aquellos arreos nuevos, nos quedan los recuerdos. saludos.