Hay dos cosas que hablan de la altura moral de las personas al enfrentarse a los retos: Saber perder cuando toca… y algo que a veces se torna mas difícil, saber ganar.
Saber perder no es fácil. Es difícil llevar la sonrisa de felicitación mas allá del rictus protocolario del momento, al menos, es difícil llevarlo mas allá de una forma sincera y honesta..
Saber ganar sin perder las formas ni la educación.
Saber ganar sin entrar en el bar del ayuntamiento, en el bar de todos, exclamando improperios y jactándose sin ningún pudor de un triunfo arañado por los pelos, de un triunfo mendigado puerta a puerta…
Sabéis un secreto? Para saber ganar hay que saber amar. Y yo esta pasada noche solo vislumbre abrazos de odio y miradas de rencor arrogante en los "vencedores". El odio y el rencor contenido del que ve peligrar su poder. Un poder que no es suyo. Un poder que es un préstamo del pueblo. Pero claro… esto es algo que nunca entenderán.
Yo esa noche os vi.. Y frente a la tristeza del resultado me invadió una alegría, reconozco que egoísta, que me hizo esbozar una leve sonrisa… La alegría de saberme libre de esas sensaciones. De reconocerme siempre, en las derrotas y en las victorias. La alegria de saber, que no soy como alguno de los que pude ver el domingo.
Suerte Pedrito, te vigilare implacable desde mi atalaya en lo alto del bolo.
Abrazos de amor, por que solo el amor engendra la maravilla.
El brujo del Bolo.
Saber perder no es fácil. Es difícil llevar la sonrisa de felicitación mas allá del rictus protocolario del momento, al menos, es difícil llevarlo mas allá de una forma sincera y honesta..
Saber ganar sin perder las formas ni la educación.
Saber ganar sin entrar en el bar del ayuntamiento, en el bar de todos, exclamando improperios y jactándose sin ningún pudor de un triunfo arañado por los pelos, de un triunfo mendigado puerta a puerta…
Sabéis un secreto? Para saber ganar hay que saber amar. Y yo esta pasada noche solo vislumbre abrazos de odio y miradas de rencor arrogante en los "vencedores". El odio y el rencor contenido del que ve peligrar su poder. Un poder que no es suyo. Un poder que es un préstamo del pueblo. Pero claro… esto es algo que nunca entenderán.
Yo esa noche os vi.. Y frente a la tristeza del resultado me invadió una alegría, reconozco que egoísta, que me hizo esbozar una leve sonrisa… La alegría de saberme libre de esas sensaciones. De reconocerme siempre, en las derrotas y en las victorias. La alegria de saber, que no soy como alguno de los que pude ver el domingo.
Suerte Pedrito, te vigilare implacable desde mi atalaya en lo alto del bolo.
Abrazos de amor, por que solo el amor engendra la maravilla.
El brujo del Bolo.