Hoy nuestro pueblo se ha vestido de gala para honrar a Santa Margarita, nuestra Patrona. Seguro que a más de uno el corazón se le ha hecho un puño al contemplar su mirada. Pero Santa Margarita no es sólo eso. Santa Margarita es mucho más, es una imagen desde la que a lo largo de los siglos nuestros antepasados la han implorado en los tiempos difíciles y en los tiempos de bonanza. Seguramente que hoy nuestros corazones se han quedado algo triste, pues seguramente el culto no se habra solemnizado como marca la tradición: vispera, luminaria y salve. Reflexionemos cada uno de nosotros sobre estos aspectos y sobre todo defendamos el legado que nos dejaron nuestros antepasados. Un pueblo sin sus tradiciones no es nada. Pidamos con el corazon a nuestra Santa que nos guarde que nos proteja y que nos defienda. Y sobre todo os manda un saludo muy especial un hijo ausente que no os olvida.