Nada que llame mucho la atención, es un
pueblo eminentemente agrícola la vida es tranquila menos en épocas de trabajo de siembra y recolección cuando todo se acelera un poco. También se notan las vacaciones y así, suben los habitantes y con ellos el bullicio.
Por decir algo, lo más reseñable pueden ser las actividades que montan los de la Asociación cultural de
Amigos de la
ermita de Carrasquedo. Si te pones en contacto con ellos seguro que te cuentan más.
De todas formas una de las buenas y que todavía se mantiene, es la de hacer hiplocás en
Semana Santa. Para saber lo que es mejor que te pases, que alguno ya te dará un sorbo, seguro.