Ya podía haber sido espuma y no piedra y granizo, la tormenta, ayer sobre las siete de la tarde en Hormilleja, durante media hora.
Algunos amigos del pueblo salieron a ver los daños en los campos después de la tormenta y se les arrasaban los ojos al contar el destrozo tan grande, tanto en viñas como en cereales.
Se, que lo primero que pensamos, es echarle la culpa siempre al mismo, pero ocurrió mientras se celebraba la Misa y nuestro párroco, el bueno de don Gonzalo, pidió a Dios para que no hiciese demasiado daño.
Mi hermana Juli, cuando llegué sobre las nueve de la noche, estaba temblorosa, no se le había ido el susto de encima y mi madre tenía la cara de sufrimiento-triste. Mi prima Maribel nos dijo que hacia 62 años, cuando otra tormenta, arrasó todos los campos. Un abrazo para todos.
Algunos amigos del pueblo salieron a ver los daños en los campos después de la tormenta y se les arrasaban los ojos al contar el destrozo tan grande, tanto en viñas como en cereales.
Se, que lo primero que pensamos, es echarle la culpa siempre al mismo, pero ocurrió mientras se celebraba la Misa y nuestro párroco, el bueno de don Gonzalo, pidió a Dios para que no hiciese demasiado daño.
Mi hermana Juli, cuando llegué sobre las nueve de la noche, estaba temblorosa, no se le había ido el susto de encima y mi madre tenía la cara de sufrimiento-triste. Mi prima Maribel nos dijo que hacia 62 años, cuando otra tormenta, arrasó todos los campos. Un abrazo para todos.