Desde la
montaña de
Cantabria, se domina la ciudad de
Logroño, en la que todo lo visible es construcción de los últimos cincuenta años. El
casco antiguo queda oculto por la propia montaña en la que estamos y solo es visible las dos
torres de la concatedral de nuestra señora de La Redonda de lo que podríamos considerar como el Logroño previo a los años 70 del pasado siglo. Es llamativo el crecimiento de una ciudas en la que la población no lo ha hecho en esa proporción y ello da na idea de la mejora de vida en confort habitacional y en servicios para sus habitantes