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Amplio retablo del altar mayor con profusión de esculturas, de estilo renacimiento, siglo XVI.
En lo más alto del retablo está la escena de la Cruz.
En el plano inmediatamente inferior hay tres grandes relieves dedicados al misterio de la Asunción de la Virgen –Dormición, Asunción y Coronación. Entre medio las esculturas de Santa Catalina y Santa Apolonia.
Debajo se encuentran dos bajorrelieves: Uno que representa la famosa Misa de San Gregorio y el otro una escena de cacería, quizá a San Huberto, patrono de los cazadores. En el centro del retablo la talla de San Miguel y a sus lados Santiago Apóstol y San Lorenzo.
Dos relieves, uno de la Cena pascual, con profusión de detalles, y otro de la Oración de Jesús en el Huerto, con los relieves de los titulares de sus dos ermitas, San Francisco de Asís y San Antón. Los cuatro bajorrelieves de los Evangelistas y dos relicarios finamente labrados. Posee también un hermoso crucifijo, tallado en madera, y que impresiona por sus colosales dimensiones, del siglo XVI.
En esta iglesia se ve mucho la mano de pintores aficionados de principios del siglo XX que han embadurnado los relieves del altar mayor con lo que consiguieron que apenas si llame la atención del visitante.
En lo más alto del retablo está la escena de la Cruz.
En el plano inmediatamente inferior hay tres grandes relieves dedicados al misterio de la Asunción de la Virgen –Dormición, Asunción y Coronación. Entre medio las esculturas de Santa Catalina y Santa Apolonia.
Debajo se encuentran dos bajorrelieves: Uno que representa la famosa Misa de San Gregorio y el otro una escena de cacería, quizá a San Huberto, patrono de los cazadores. En el centro del retablo la talla de San Miguel y a sus lados Santiago Apóstol y San Lorenzo.
Dos relieves, uno de la Cena pascual, con profusión de detalles, y otro de la Oración de Jesús en el Huerto, con los relieves de los titulares de sus dos ermitas, San Francisco de Asís y San Antón. Los cuatro bajorrelieves de los Evangelistas y dos relicarios finamente labrados. Posee también un hermoso crucifijo, tallado en madera, y que impresiona por sus colosales dimensiones, del siglo XVI.
En esta iglesia se ve mucho la mano de pintores aficionados de principios del siglo XX que han embadurnado los relieves del altar mayor con lo que consiguieron que apenas si llame la atención del visitante.