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El Monasterior de Santa María La Real fue fundado por el rey García de Navarra en 1032, pero no existen restos del primitivo edificio románico. La iglesis fue reedificada en estilo gótico entre 1422 y 1453; tiene tres naves cubiertas con bóvedas de crucería, y el crucero con una bóveda estrellada. La cabecera está compuesta por tres capillas rectangulares de estilo arcaizante a pesar de la avanzada fecha de construcción.
El retablo mayor es obra barroca del siglo 17; en él están situadas las estatuas orantes de los reyes fundadores y una imagen de la Virgen de la Terraza, obra románica del siglo 12.
En el presbiterio, en el lado del evangelio, se encuentra el sepulcro de los Duques de Nájera, e estilo renacentista, y varios retablos de comienzos del 17, realizados por Juan Bascardo.
Una de las obras artísticas más bellas del monasterio es el sepulcro de doña Blanca de Navarra, esposa de Sancho III de Castilla, del que sólo se conserva la tapa a doble vertiente, totalmente cubierta de relieves románicos.
El Panteón Real, que se halla a los pies del templo, fue reconstruído en el siglo 16; en él se encuentran los sepulcros de unos treinta reyes, príncipes e infantes castellanos y navarros; destacan los del rey Sancho el Noble y su esposa Placencia de Normandía; los de Sancho II Abarca y su esposa; el de Bermudo III de León y el de Sancho VI el Sabio, de Navarra.
Una imagen de madera del siglo 14 señala el lugar de la legendaria aparición de la Virgen.
El retablo mayor es obra barroca del siglo 17; en él están situadas las estatuas orantes de los reyes fundadores y una imagen de la Virgen de la Terraza, obra románica del siglo 12.
En el presbiterio, en el lado del evangelio, se encuentra el sepulcro de los Duques de Nájera, e estilo renacentista, y varios retablos de comienzos del 17, realizados por Juan Bascardo.
Una de las obras artísticas más bellas del monasterio es el sepulcro de doña Blanca de Navarra, esposa de Sancho III de Castilla, del que sólo se conserva la tapa a doble vertiente, totalmente cubierta de relieves románicos.
El Panteón Real, que se halla a los pies del templo, fue reconstruído en el siglo 16; en él se encuentran los sepulcros de unos treinta reyes, príncipes e infantes castellanos y navarros; destacan los del rey Sancho el Noble y su esposa Placencia de Normandía; los de Sancho II Abarca y su esposa; el de Bermudo III de León y el de Sancho VI el Sabio, de Navarra.
Una imagen de madera del siglo 14 señala el lugar de la legendaria aparición de la Virgen.