Recuerdos…
En aquella
casa de
piedra labrada, sólida, fuerte y majestuosa con los
balcones de barrotes forjados con simétricas filigranas, el frescor que al entrar se sentía junto al aroma, una mezcla de
olivos y viñedos.
El chisporroteo del hogar encendido, el calor entrañable, las llamas danzantes que atraen la mirada, que te embrujan, que te hablan y el mundo se para y queda grabado en el recuerdo para siempre.
Aquel pisar acompasado, mano en hombro, asemejaban un ritual el milagro de
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