Del poblado de Artajona nada queda si no es una necrópolis con trece tumbas excavadas en un gran bloque de
roca que mira al
río Hondo.
Todos los indicios nos llevan a concluir que en Artajona hubo una
iglesia/
ermita dedicada a
San Pablo, que también fue conocida como Ntra Sra. de Artajona, iglesia que se fue abandonando, llegando un tiempo en el que, cual
pajar, servía para guardar mies, conociendo noticias de que el año 1796 precisaba obras de retejo. Por un apeo de San Vicente, sabemos que estaba
en el límite con la jurisdicción de
Abalos, pues junto a la ermita estaba colocado un mojón jurisdiccional. De ahí que sospechemos que la ermita estuvo levantada al noreste de la actual necrópolis, ya en terreno amesetado, donde, según relatos de agricultores de las
fincas cercanas, aparecieron varias tumbas cubiertas de losas.