Que dificil es escribir sobre la muerte de un
amigo-hermano, que me ha dado todo
a cambio de nada. Yó le llamaba cariñosamente "Mauricio" (no se porqué) pero los abrazos y los besos que me daba cuando me veia, era lo mejor del mundo. Y lo peor para Mí, fué ir a recogerlo a su domicilio. Hemos convivido muchos días juntos de trabajo y de juerga. Siempre contento, con su armónica, sus carmelos, su sonrisa de niño grande y a veces sus cabreos.
Ahora me encuentro triste, pero cuando tenga más alegria,
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