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Arqueta de San Felices con sus valiosos marfiles en el Monasterio de San Millán, SAN MILLAN DE LA COGOLLA

La Arqueta de San Felices, del siglo XII, que tiene en su interior los restos de este santo de la Alta Edad Media y que se custodia en el Monasterio de Yuso, de San Millán de La Cogolla, será una de las piezas que exhiba el Museo Arqueológico Nacional (MAN) en una muestra para conmemorar su 150 aniversario.

El Museo Arqueológico ha dado a conocer ya algunas de las 150 piezas que formarán parte de la muestra, que pretende repasar siglo y medio de arqueología en España y que van desde piezas de la prehistoria a mosaicos romanos y capiteles islámicos.

Además de la Arqueta, el MAN mostrará cuencos de terra Sigillata Hispánica de El Quemao (Tricio) y un lote de seis puntas de flecha de sílex, procedentes del Museo de La Rioja, según ha detallado a Efe el Ministerio de Cultura.

La exposición, denominada "El poder del pasado", se desarrollará entre el 2 de octubre de 2017 y el 1 de abril de 2018 y, además de conmemorar 150 años de historia, pretende celebrar el aniversario del nacimiento de la red de museos arqueológicos españoles, también en 1867.

"Hace un tiempo nos pidieron la Arqueta de San Felices para esa exposición y tenemos previsto que a mediados de septiembre salga para Madrid", ha explicado a Efe el prior del Monasterio de Yuso, Pedro Merino.

Desde que aceptaron la petición, han tenido que pasar algunos trámites, como realizar el seguro pertinente y, en breve, procederán a extraer los restos de San Felices para que la pieza viaje vacía a la muestra.

Merino ha resaltado la "sencillez" de esta arqueta, que revela un estilo artístico incipiente "casi infantil", con representaciones de escenas bíblicas.

También es más sencilla en su diseño, "ya que tiene unas seis placas de marfil, mientras que la de San Millán tenía 24"; aunque, "en cualquier caso, es de un valor incalculable" y cuenta con "unas piezas que llaman la atención de forma notable porque son grandes piezas de ajedrez en cristal", ha subrayado.

"Además, es un símbolo importante para la historia de España porque San Felices fue quien despertó en San Millán un sentimiento religioso y le encaminó a su vida posterior", concluye Merino.

Según la información que facilita el Museo Arqueológico Nacional en su página web, en esta muestra se expondrán 150 objetos o conjuntos procedentes de 68 instituciones, con el objeto de "plasmar una visión general, actualizada y crítica de la construcción del pasado de España desde la arqueología".

Además, los organizadores quieren mostrar "el banco de datos de historia material", que son esas piezas y las que se conservan en los museos arqueológicos españoles.

En el caso de los monasterios riojanos de San Millán de la Cogolla, se ha solicitado la cesión temporal del la Arqueta de San Felices, una de las dos que se encuentran en el interior del Monasterio emilianense de Yuso.

Es una pieza elaborada entre finales del siglo XI y principios del XII en el Taller de San Millán de la Cogolla para trasladar los restos del santo hasta Yuso, algo que se realizó en 1090 y para lo que tuvo que dar su permiso el rey Alfonso VI.

Esta arqueta está considerada como uno de los primero ejemplos de la incorporación de influencias extranjeras en el marco hispánico; cada placa de marfil representa episodios evangélicos sobre Cristo: "La Última Cena", "La Curación del Ciego", "La Resurrección del hijo de la viuda de Nain" y "La Entrada de Cristo en Jerusalén".

En la invasión de las tropas napoleónicas, le fueron extraídas tanto la plata como la gema que incluía; pero antes, en 1451, tuvo que ser reconstruida por el deterioro en el que se encontraba, según atestiguan los documentos.

Junto a su valor artístico, está también el histórico que tiene, ya que en su interior se encuentran los restos de San Felices (433-520), un eremita que vivió en los Riscos de Bilibio (en el entorno de Haro) y que fue el maestro de San Millán de la Cogolla, que luego sería el primer patrón de Castilla.

En Yuso permanece junto a la Arqueta de San Millán, más conocida popularmente porque está construida con más piezas de marfil, que representan la vida de este santo.

Algunas de esas placas de marfil se encuentran repartidas por el mundo, como en el museo Hermitage, de San Petersburgo; y en el Metropolitan, de Nueva York.