Puedo afirmar que unos días antes de la muerte de Jesús y cuando aún estaba en su plenas facultades mentales, el señor Alcalde en vista de lo avanzado de su enfermedad, acudió a su casa en representación del Ayuntamiento, a hacerle un pequeño homenaje en un acto sencillo e íntimo. Le regalaron un escudo de San Vicente y le agradeció de palabra lo mucho que había hecho por las danzas de San Vicente y por consiguiente por nuestra cultura.
Jesús se sintió muy feliz e orgulloso, así como su familia. Fue un momento muy emotivo.
Este acto no significa que todo esté hecho pero por lo menos también lo pudo disfrutar él.
Jesús se sintió muy feliz e orgulloso, así como su familia. Fue un momento muy emotivo.
Este acto no significa que todo esté hecho pero por lo menos también lo pudo disfrutar él.