La Catedral fue comenzada, según los Anales Compostelanos, en el año 1158, con el fin de cobijar los restos de uno de los santos más conocidos y venerados en el Camino de Santiago, santo Domingo de la Calzada, fallecido en el año 1109.
Es famoso el milagro del gallo y la gallina, según el cual se dice que Domingo García demostró la inocencia de un peregrino acusado erróneamente de muerte al hacer volar una gallina que estaba asada en el plato. En recuerdo del estos hechos, en la catedral calceatense hay siempre un gallo y una gallina vivos y se extendió el dicho de «En Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada».