En el centro del casco urbano se encuentra la
iglesia parroquial de
San Miquel, y en su entorno podemos hallar buenos ejemplos de la
arquitectura popular rural, con cuidadas
casas de
pueblo adaptadas a la complicada orografía. Resulta equilibrado y armonioso este blanco
caserío de
Agres, que descansa en las faldas de Mariola enmarcado en un apacible
paisaje, en donde se combinan todas las tonalidades del verde: el de los
pinos, el de los
olivos, el de los
cipreses, el de los
almendros, el de las encinas, etc.