Exteriormente destacan los testeros triangulares de las naves, la
cúpula y sus dos
torres prismáticas, simétricas, con cubiertas a cuatro
aguas y con series de pequeños
arcos lombardos en
ventanas, remates, ménsulas y cornisas, en mezcla de revival mudéjar y
románico. En el interior destaca la decoración a base de
piedras naturales,
vidrieras de
colores y
capiteles con motivos vegetales y la combinación de mármoles verdes, grises, blancos y negros que contrastan con la
piedra caliza de paredes, fustes y capiteles, así como las
puertas de bronce con dibujos vegetales y geométricos. La
iglesia de
San Jorge pudo salvar la mayoría de su patrimonio durante la Guerra Civil Española debido a la intervención particular de un pintor y un
escultor, conscientes de su valor patrimonial y
artístico.