El
escultor José Pérez Pérez "Peresejo" tuvo la iniciativa de convertir la
iglesia en un
museo popular que albergarse sus propias
esculturas y el patrimonio
artístico alcoyano y en donde se impartiesen clases de pintura,
escultura y dibujo. Presentó una petición a tal efecto el 28 de julio de 1936 ante el Comité Revolucionario de
Alcoy. El Consejo Económico Político Social de Alcoy autorizó la iniciativa y gracias al escultor se conservó la propia iglesia de
San Jorge y numerosos objetos artísticos procedentes de las
iglesias derribadas de
Santa María y San Mauro, además de otras obras de
arte confiscadas durante la guerra.