Actualmente existe un repunte del turismo y la restauración, debido en parte a la mejora de las comunicaciones, la rehabilitación del patrimonio histórico y la estimulación del turismo de interior, pasando de menos de 200
plazas hoteleras en el año 1997 a ser casi 500 en 2006. Estas plazas se reparten entre dos
hoteles de 3 y 4 estrellas respectivamente, un
hostal, un
albergue y cuatro masías dedicadas al turismo rural. Es de destacar que la población se duplica en las populares
fiestas de moros y cristianos, siendo por tanto la oferta hotelera insuficiente, ya que este sector está más enfocado a la explotación del turismo de un día, por la proximidad de grandes puntos turísticos como Benidorm,
Alicante o Guadalest. En la actualidad se está intentando explotar el turismo de congresos.