VILLENA, ELDA, ALICANTE.
Cuando llegas a Villena
la montaña te saluda,
el túnel siempre te frena
y su oscuridad no ayuda.
Villena queda tranquila
al lado de la montaña,
su Castillo se perfila
sin ver la imagen extraña.
Elda nos marca las curvas
de laderas encantadas,
son frenazos que te asustan
entre sombras recatadas.
Tierras con muchas historias
de las conquistas cristianas,
nombres que tienen memorias
con palabras musulmanas.
Estas sendas levantinas
llenas de muchas leyendas,
conservan en sus colinas
nombres que tuvieron riendas.
Cuando recorres sus calles
y conoces sus veredas,
te fijas en los detalles
de pueblos fincas y sendas.
Alicante se despierta
con sus mejores encantos,
y la ciudad vive alerta
para sentir bellos cantos.
Estas rutas tas rodadas
que tienen brisas marinas,
suelen ser siempre buscadas
y al disfrutarlo adivinas.
Carreteras de Levante
que siguen rutas marcadas,
se disfruta en Alicante
viendo playas anheladas.
G X Cantalapiedra.
Cuando llegas a Villena
la montaña te saluda,
el túnel siempre te frena
y su oscuridad no ayuda.
Villena queda tranquila
al lado de la montaña,
su Castillo se perfila
sin ver la imagen extraña.
Elda nos marca las curvas
de laderas encantadas,
son frenazos que te asustan
entre sombras recatadas.
Tierras con muchas historias
de las conquistas cristianas,
nombres que tienen memorias
con palabras musulmanas.
Estas sendas levantinas
llenas de muchas leyendas,
conservan en sus colinas
nombres que tuvieron riendas.
Cuando recorres sus calles
y conoces sus veredas,
te fijas en los detalles
de pueblos fincas y sendas.
Alicante se despierta
con sus mejores encantos,
y la ciudad vive alerta
para sentir bellos cantos.
Estas rutas tas rodadas
que tienen brisas marinas,
suelen ser siempre buscadas
y al disfrutarlo adivinas.
Carreteras de Levante
que siguen rutas marcadas,
se disfruta en Alicante
viendo playas anheladas.
G X Cantalapiedra.