CUANDO DIVISAS ALICANTE
La carretera te enseña
a respetar las distancias,
y alguna gente se empeña
en trazar extravagancias.
Si divisas Alicante
entre brisa marinera,
estas viviendo al instante
visiones de primavera.
Alicante y su Castillo
se ven en la carretera,
con ese sencillo brillo
que jamás te desespera.
Al divisar Alicante
el corazón se emociona,
sin verte nunca arrogante
la tristeza te abandona.
Las sensaciones aumentan
al sentir las dulces brisas,
y muchas gentes comentan
lo bueno de sus sonrisas.
Ramblas de flores hermosas
con sus palmeras altivas,
que en muchas tardes dichosas
el caminar te motivan.
Hay recuerdos de Alicante
que nunca quieres borrarlos,
pueden ser algún calmante
para por siempre cuidarlos.
Cuando vuelves Alicante
buscando sus sensaciones,
nunca te ves inmigrante
ni sueñas complicaciones.
El corazón de Alicante
tiene fuerza suficiente,
con esa brisa expectante
y su mar tan reluciente.
G X Cantalapiedra.
La carretera te enseña
a respetar las distancias,
y alguna gente se empeña
en trazar extravagancias.
Si divisas Alicante
entre brisa marinera,
estas viviendo al instante
visiones de primavera.
Alicante y su Castillo
se ven en la carretera,
con ese sencillo brillo
que jamás te desespera.
Al divisar Alicante
el corazón se emociona,
sin verte nunca arrogante
la tristeza te abandona.
Las sensaciones aumentan
al sentir las dulces brisas,
y muchas gentes comentan
lo bueno de sus sonrisas.
Ramblas de flores hermosas
con sus palmeras altivas,
que en muchas tardes dichosas
el caminar te motivan.
Hay recuerdos de Alicante
que nunca quieres borrarlos,
pueden ser algún calmante
para por siempre cuidarlos.
Cuando vuelves Alicante
buscando sus sensaciones,
nunca te ves inmigrante
ni sueñas complicaciones.
El corazón de Alicante
tiene fuerza suficiente,
con esa brisa expectante
y su mar tan reluciente.
G X Cantalapiedra.