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ALICANTE: TODO PUEDE SUCEDER...

TODO PUEDE SUCEDER
Era un día lluvioso del mes de octubre, y aquel hombre recién enviudado, se encontró sin apenas darse cuenta, con una antigua amiga de juventud, que enseguida se reconocieron, y empezaron a contarse su vida, el hombre había tenido una esposa maravillosa, y sin embargo su amiga de juventud, todo lo contrario, tenía un marido machista y maltratador, que la controlaba hasta el menor movimiento, y el dinero que gastaba en la compra diaria. El hombre al ver el calvario de su vieja amiga, la propuso vivir con él hasta el resto de su vida, que empezaba en aquel momento su jubilación, su amiga lo pensaba, no tenía derecho a ninguna pensión, ya que nunca trabajo fuera de su hogar, donde el marido la controlaba día y noche. Aquel día había salido de compras, y fue el del encuentro con su amigo de juventud, al final de la conversación. Quedaron para llamarse y concretar su huida hacía el futuro, Solo tardaron tres días para concretar su salida, la mujer intento no despertar ninguna duda, pero a los tres días una llamada de teléfono que recibió aquel hombre de su amiga, le puso en marcha, y estaba a la puerta de la casa de su amiga en menos de media hora, Ella con una maleta y dos bolsas, eran todo su equipaje, el hombre llevaba algo más de ropa y víveres para poder mantenerse, el coche parecía tener prisa por salir de aquella calle estrecha y con un mala ventilación, y pronto salían camino de Alicante, donde aquel hombre había comprado con su buena esposa un apartamento cerca del mar, Los dos amigos de juventud se fueron recordando muchos de sus ratos vividos, y empezaron a trazar planes para vivir sin demasiados problemas en el futuro. El marido maltratador, al llegar a su casa le salía espuma por la boca, maldiciendo a su esposa, que le había dejado una nota escrita que decía, Ya no seré tu esclava, ni tendrás que maltratarme nunca más, te odiare el resto de mi vida, y espero que en la otra vida pagues el daño que me hiciste. Hasta nunca me voy a vivir sin complejos ni trabas. El marido que era un machista controlador se marchó a la Comisaría de Policía para dejar su denuncia, que al verle tan cabreado el comisario le mando callar, y le dijo, mire usted lo que ha conseguido maltratando, hoy le fueron abandonando, y su fama le ira de ahora en adelante mortificando. Acostúmbrese a ser un machista sin tener esclava. La mujer marchaba buscando una nueva vida que pronto viviría en Alicante, paseando por las ramblas y su Explanada, viviendo una nueva vida de amor y respeto lleno de dignidad. G X Cantalapiedra.