La ciudad dormita, todo está en calma a punto de alcanzar la iluminación, las torres erguidas queriendo tocar el cielo, al otro lado el mar y con él la lejanía, a este otro el valle y las montañas.
Al venir la mañana todo parece aseado, recién oxigenado, dispuesto otra vez al bullicio. Desde este mirador se ve todo dispuesto como algo natural, junto con la orografía y el campo boscoso y silvestre.
Se respira el presente en extensión. Aquí si algo te tiene atrapado es la admiración junto con esa explosión de luz que todo lo ilumina, clarifica, visualiza y transparenta y aquello que no se ve, se siente, percibe, llega, emociona y toca al corazón. Cálida la mañana, el día y la noche; el clima es vida y clima, paz, relax y placer para la vista.
La “Marina baja” con sus gigantes,
ese Benidorm en levantamiento,
desafío artificial al plegamiento
y el clavo dorado en Alicante.
Orografía, mareas y un comunicante:
el Ferrocarril, la placa y un invento.
Alicante y altura en esparcimiento,
luego nuevas vías y siempre el viandante.
Benidorm que en montañas da la talla,
tuvo que levantar también su playa
para igualarse con el Puig Campaña
y que le vieran desde Santander.
Cota cero y rascacielos también.
Contraste y paradoja. ¡A ver quién gana!.
Al venir la mañana todo parece aseado, recién oxigenado, dispuesto otra vez al bullicio. Desde este mirador se ve todo dispuesto como algo natural, junto con la orografía y el campo boscoso y silvestre.
Se respira el presente en extensión. Aquí si algo te tiene atrapado es la admiración junto con esa explosión de luz que todo lo ilumina, clarifica, visualiza y transparenta y aquello que no se ve, se siente, percibe, llega, emociona y toca al corazón. Cálida la mañana, el día y la noche; el clima es vida y clima, paz, relax y placer para la vista.
La “Marina baja” con sus gigantes,
ese Benidorm en levantamiento,
desafío artificial al plegamiento
y el clavo dorado en Alicante.
Orografía, mareas y un comunicante:
el Ferrocarril, la placa y un invento.
Alicante y altura en esparcimiento,
luego nuevas vías y siempre el viandante.
Benidorm que en montañas da la talla,
tuvo que levantar también su playa
para igualarse con el Puig Campaña
y que le vieran desde Santander.
Cota cero y rascacielos también.
Contraste y paradoja. ¡A ver quién gana!.