BENIDORM: LOS CAMINOS DE RETORNO DE BENIDORM...

LOS CAMINOS DE RETORNO DE BENIDORM
En el año de 1975, aquel matrimonio de Valladolid, tenía su apartamento en Benidorm, donde se pasaban largas temporadas, pero la fatalidad de ser mayor, e ir perdiendo la salud, les obligo a llamar a sus hijos, para llevarles de regreso a su tierra de Castilla, en este caso fue su yerno acompañado de la hija del matrimonio, quien desde Valladolid, decidieron ir a por ellos, para que les vieran los médicos en el Hospital Clínico, Todo parecía normal, hasta que en la madrugada del día que tenían pensado volver a su casa, de Valladolid, el padre de familia, o sea el señor mayor, se puso indispuesto, y pensaron los familiares que había fallecido, con el sigilo correspondiente, para evitar el papeleo, que suponía el traslado del cadáver, se decidieron bajarle envuelto en una manta, y acoplarle en la parte trasera del automóvil, un SEAT, 1500, de gasolina, y así sin más tardar, salieron camino de la ciudad castellana, más al llegar pasado Albacete, decidieron parar un momento, para estirar las piernas, los tres ocupantes, dejando al muerto en la parte de los asientos traseros, tapado con una manta y disimulando, aquel hombre que parecía totalmente muerto, Los tres familiares tomaron un café, y pasaron al servicio, sin perder tiempo, el yerno les había avisado al salir de Benidorm, que no pusieran cara de llorar, ni nada parecido, cosa que las dos mujeres supieron teatralizar, al volver al automóvil, vieron que la manta estaba ladeada, y no como ellos la habían dejado, más al intentar volver a tapar al muerto, el anciano soltó un suspiro, que les dejó medio atónitos a los tres familiares, que se quedaron sin respiración, ante tan tamaño disparate, decidieron continuar hasta Madrid, sin esperar a que ningún médico de Albacete, o de los pueblos que entonces cruzaba la carretera, pudieran ver al anciano, así sin hacer comentario alguno, llegaron a Madrid, donde trataron de ingresar al anciano en el Hospital Doce de Octubre, cosa que no fue nada fácil, al ser persona en tránsito, aunque los médicos conocieron su gravedad, sin darse cuenta que hubiera tenido un tiempo que parecía estar muerto, en el cual no respiraba, en dicho Hospital permaneció dos semanas, y al fallecer de verdad, con los certificados médicos incluidos, tuvieron que aceptar el retorno hacía Valladolid, en un coche de la Funeraria, preparando al anciano difunto en la caja correspondiente, para ser llevado fuera de Madrid. En las dos semanas que llego a vivir ingresado, tuvo momentos de lucidez, y comento, he sentido como me enterraban vivo, y otras palabras que a la familia les llenaba de misterio, comento el anciano, parece que no siento el sonido del mar Mediterráneo, me parece que este lugar no es Benidorm, cosa que la familia se callaba, y apenas comentaban nada del viaje sorpresa, dónde la vida y la muerte caminaban por tierras levantinas y albaceteñas, sin saber el problema que pudieron haber tenido de ser interceptado por las autoridades de entonces. Cosa que era muy penada y castigada, el traslado de personas fallecidas, sin los correspondientes permisos de Sanidad. El retorno a Valladolid, fue tranquilo, tan solo en las mentes de los tres familiares, se volvía a representar aquel trágico viaje de retorno de Benidorm. Aunque trataron de ocultarlo, y pasado algún tiempo, la hija del hombre fallecido, lo contó a sus vecinas, quedándose asustadas al escucharlo.
G X Cantalapiedra.