Población musulmana enclavada en la zona montañosa de
Alicante,
Benilloba pertenecía durante los siglos
medievales, tras la Reconquista, al término general de
Penáguila, teniendo la categoría de lugar (lloc), superior, por tanto, a la alquería.
Su nombre (escrito Benaloba) aparece por primera vez en un intercambio de tierras hecho en
Cocentaina el 18 de junio de 1258 entre el Rey Don Jaime I de
Aragón, en aquel momento señor de la villa real de Penáguila y de todas sus dependencias y Don Eximeno Pérez de Orís, noble catalán. Un descendiente de éste, Don Juan Eximeno de Orís, venderá finalmente esas tierras, el 3 de marzo de 1315 à Don Bernardo de Cruïlles, otro noble catalán y por entonces señor de Penáguila
La noticia más antigua sobre el régimen señorial en la localidad data del año 1316 en que Don Bernardo de Cruïlles la arrendó con todos sus derechos al judío - posiblemente valenciano - Juseff Almatesi, antes de venderla al año siguiente al Rey Don Jaime II de Aragón. Éste la cedió poco después, el 23 de julio de 1317, a Doña Violante de Grecia, hija de su segunda esposa, Doña Blanca de Nápoles. En esta ocasión ya se habla de Benilloba como lugar con protagonismo propio y por primera vez independiente de Penáguila
En 1357, las tropas del Infante Don Fernando de Aragón y Castilla, en rebelión por motivos dinásticos con su hermanastro, el Rey Don Pedro IV el Ceremonioso, atacaron la población y serían rechazadas por sus habitantes, que se hicieron fuertes en el recinto
amurallado que por entonces defendía la villa. Totalmente poblada por mudejares, Benilloba constituía una de las morería o aljamas más importantes de la zona.
El 22 de noviembre de 1890, el estadista Don José Canalejas Méndez, visitó a Benilloba, donde salió a recibirle practicamente todo el
pueblo. En esta visita prometió una ayuda para recomponer la conducción del
agua potable de la Font Nova que se encontraba deteriorado, cosa que se cumplió y se realizó al año siguiente o sea en el 1891
El 2 de agosto de 1981, se inauguró, con posterioridad al hallazgo de un nuevo manantial de agua, el nuevo depósito de el
Calvario.