CON LA SEQUÍA PENDIENTE
Voy recorriendo caminos
donde la lluvia se niega,
son tan penosos sus signos
que la tormenta se pliega.
Están los almendros tristes
sobre los campos secados,
aunque mucho ellos lo sienten
hoy se ven muy condenados.
Miro al cielo suspirando
al ver tan penoso drama,
la lluvia no va calando
y está perdida la calma.
Estas tierras levantinas
llenas de sierras peladas,
brillan tanto sus colinas
que parecen encantadas.
El agua nunca aparece
en los veranos calientes,
y la sequedad se crece
con sus daños relucientes.
Dicen que la gota fría
se la espera en el otoño,
y a la vez dice que enfría
para que nazca el retoño.
Estos caminos marcados
por los terribles calores,
parece que son dañados
con sonidos de motores.
Alicante se sorprende
de ver sus campos desiertos,
y ni el corazón lo entiende
al ver los arboles muertos.
Laderas que buscan agua
sin importarles la fecha,
la sequía no es extraña
y viene haciendo su brecha.
G X Cantalapiedra.
Voy recorriendo caminos
donde la lluvia se niega,
son tan penosos sus signos
que la tormenta se pliega.
Están los almendros tristes
sobre los campos secados,
aunque mucho ellos lo sienten
hoy se ven muy condenados.
Miro al cielo suspirando
al ver tan penoso drama,
la lluvia no va calando
y está perdida la calma.
Estas tierras levantinas
llenas de sierras peladas,
brillan tanto sus colinas
que parecen encantadas.
El agua nunca aparece
en los veranos calientes,
y la sequedad se crece
con sus daños relucientes.
Dicen que la gota fría
se la espera en el otoño,
y a la vez dice que enfría
para que nazca el retoño.
Estos caminos marcados
por los terribles calores,
parece que son dañados
con sonidos de motores.
Alicante se sorprende
de ver sus campos desiertos,
y ni el corazón lo entiende
al ver los arboles muertos.
Laderas que buscan agua
sin importarles la fecha,
la sequía no es extraña
y viene haciendo su brecha.
G X Cantalapiedra.