El origen de Callosa (cuyo significado probable es "tierra dura, seca" en latín) es una antigua alquería musulmana que, tras la reconquista cristiana hecha por el rey Jaime I de
Aragón en el s. XIII, fue adquirida en propiedad por el Almirante Bernardo de Sarriá en 1290, durante el reinado de Alfonso I de
Valencia y III de Aragón, convirtiéndose así en su primer señor feudal. De ahí que a partir de entonces la ciudad pasara a denominarse en valenciano Callosa d'en Sarrià (literalmente en castellano es "Callosa de don Sarriá" pero posteriormente mal transcrito, como
Callosa de Ensarriá) y se convirtiera en el centro del señorío, que llegó a abarcar gran parte de la actual comarca de la Marina Baja.