En esas tardes del
verano, con el calor sofocante, notas vivir como humano un tiempo duro al instante. Las brisas se van buscando para refrescar la tarde, el viento se va anulando y el calor le ves desastre. Las
palmeras ya no bailan ni quieren marcar los pasos, El Peñón sigue brillando sin querer ver los fracasos. la vida nos va dejando el poder contar los pasos.
Calpe de luces brillantes con las olas delicadas, en muchos de los instantes ves palmeras encantadas. Calpe de grandes laderas en su parte
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