SIN SER UNA CABRA LOCA
Desde su infancia lejana
soñaba con Alicante,
y en su caminar pensaba
con ver su mundo brillante.
Sin ser una cabra loca
quiso llegar hasta Calpe,
y poder marcar la roca
de ese Peñón tan gigante.
Escalando sus paredes
para llegar a su cima,
sin usar las buenas redes
y con el calor encima.
Muchos metros de subida
con la mar en todo instante,
en su mirada sentida
no quiso ser arrogante.
Subir peldaños primero,
luego un túnel y enseguida,
en aquel ambiente austero
la ruta siempre es erguida.
Por un sendero de cabras
sin dudar ves la colina,
en tu cerebro te labras
aquella vista divina.
El Peñón como destino
mirando el Mediterráneo,
nadie se siente adivino
ni ves tu rumbo foráneo.
La vista te deja sombras
que te llenan de firmeza,
y en el paisaje te asombras
sin cometer la torpeza.
Calpe marcando veredas
que pueden cambiar tu vida,
en muchas de ellas te enredas
como la senda elegida.
G X Cantalapiedra.
Desde su infancia lejana
soñaba con Alicante,
y en su caminar pensaba
con ver su mundo brillante.
Sin ser una cabra loca
quiso llegar hasta Calpe,
y poder marcar la roca
de ese Peñón tan gigante.
Escalando sus paredes
para llegar a su cima,
sin usar las buenas redes
y con el calor encima.
Muchos metros de subida
con la mar en todo instante,
en su mirada sentida
no quiso ser arrogante.
Subir peldaños primero,
luego un túnel y enseguida,
en aquel ambiente austero
la ruta siempre es erguida.
Por un sendero de cabras
sin dudar ves la colina,
en tu cerebro te labras
aquella vista divina.
El Peñón como destino
mirando el Mediterráneo,
nadie se siente adivino
ni ves tu rumbo foráneo.
La vista te deja sombras
que te llenan de firmeza,
y en el paisaje te asombras
sin cometer la torpeza.
Calpe marcando veredas
que pueden cambiar tu vida,
en muchas de ellas te enredas
como la senda elegida.
G X Cantalapiedra.