UN TIBURÓN CELOSO DE CALPE
Aquel tiburón tan grande
de la costa levantina,
pensó que la noche es parte
de la tierra alicantina.
Miraba noche tras noche
aquellas luces gigantes,
y notaba su reproche
en momentos delirantes.
Esperando la alborada
por orillas de la costa,
era dura su mirada
con la mandíbula angosta.
Aquel tiburón celoso
de las luces prodigiosas,
pensó sentirse orgulloso
en su horas más dichosas.
Cerca de sus playas bellas
escondido entre las olas,
reflejando las estrellas
miraba siempre el rompeolas.
Aquel tiburón amante
de ver a Calpe tan cerca,
supo vivir el instante
que traza la noche terca.
Sus andanzas eran fijas
mirando siempre la noche,
con sus movidas prefijas
intentaba hacer derroche.
Calpe guardando silencio
sin saber sus intenciones,
el Tiburón no era necio
ni quiso aprender lecciones.
Esperaba cada noche
el ver las luces altivas,
sin querer poner el broche
a sus horas más activas.
G X Cantalapiedra.
8 – 10 – 2019.
Aquel tiburón tan grande
de la costa levantina,
pensó que la noche es parte
de la tierra alicantina.
Miraba noche tras noche
aquellas luces gigantes,
y notaba su reproche
en momentos delirantes.
Esperando la alborada
por orillas de la costa,
era dura su mirada
con la mandíbula angosta.
Aquel tiburón celoso
de las luces prodigiosas,
pensó sentirse orgulloso
en su horas más dichosas.
Cerca de sus playas bellas
escondido entre las olas,
reflejando las estrellas
miraba siempre el rompeolas.
Aquel tiburón amante
de ver a Calpe tan cerca,
supo vivir el instante
que traza la noche terca.
Sus andanzas eran fijas
mirando siempre la noche,
con sus movidas prefijas
intentaba hacer derroche.
Calpe guardando silencio
sin saber sus intenciones,
el Tiburón no era necio
ni quiso aprender lecciones.
Esperaba cada noche
el ver las luces altivas,
sin querer poner el broche
a sus horas más activas.
G X Cantalapiedra.
8 – 10 – 2019.