EL PEÑÓN DE IFACH Y SUS DEMONIOS
En la noches encantadas los demonios andan sueltos, son cabras endemoniadas que jamás tienen siniestros. Luces que dejan visiones en las noches delicadas, algunas son tentaciones de las brujas alocadas. El Peñón se ve entre sombras que la noche va observando, muchas veces hasta asombran al ver lo que van pisando. Demonios que dejan huellas entre miradas perdidas, las alturas con estrellas dejan las rutas sentidas. Piedras que son milenarias, con sus eternas diabluras, son rutas extraordinarias para forzar las locuras. Los demonios andan sueltos en cualquier lugar del mundo, dejando casos siniestros con un sufrimiento absurdo. Luces salidas del Túnel con sus piedras blanquecinas, El Peñón siempre es resumen hasta sus propias colinas. No vale ser montañero, ni buscar las nuevas rutas, el diablo si es embustero usara las fuerzas brutas. Los demonios nunca paran, la noche les encandila, ellos siempre se descaran con gentes que guardan fila. Misterios que van marcando a muchísimas personas, que quieren seguir andando para visitar sus lomas. Esta ciudad de Levante con sus culturas diversas, es provincia de Alicante y siempre te da sorpresas. El Peñón sigue marcando las miradas más complejas, en sus rutas van buscando comprender lecciones viejas. Calpe de sueños perdidos, Calpe de rosas al viento, en sus caminos erguidos hay gente que busca aliento. Los demonios no comprenden los misterios de la costa, dicen que a veces esconden algunas rutas angostas. Para subir al Peñón cuando la tarde termina, es encontrar la emoción del sueño que se elimina. Arriba se encienden luces que parecen ser demonios, mucho tiempo prevalecen sin ser jamás manicomios. Las miradas siguen fijas sobre sus bellas laderas, no se precisan clavijas ni buscar otras esperas. Calpe vive sus misterios entre preguntas distantes, nadie quiere cementerios en sus playas arrogantes. Los demonios van buscando a gentes de sus entornos, ellos solos van andando en los sufridos contornos. G X Cantalapiedra.
En la noches encantadas los demonios andan sueltos, son cabras endemoniadas que jamás tienen siniestros. Luces que dejan visiones en las noches delicadas, algunas son tentaciones de las brujas alocadas. El Peñón se ve entre sombras que la noche va observando, muchas veces hasta asombran al ver lo que van pisando. Demonios que dejan huellas entre miradas perdidas, las alturas con estrellas dejan las rutas sentidas. Piedras que son milenarias, con sus eternas diabluras, son rutas extraordinarias para forzar las locuras. Los demonios andan sueltos en cualquier lugar del mundo, dejando casos siniestros con un sufrimiento absurdo. Luces salidas del Túnel con sus piedras blanquecinas, El Peñón siempre es resumen hasta sus propias colinas. No vale ser montañero, ni buscar las nuevas rutas, el diablo si es embustero usara las fuerzas brutas. Los demonios nunca paran, la noche les encandila, ellos siempre se descaran con gentes que guardan fila. Misterios que van marcando a muchísimas personas, que quieren seguir andando para visitar sus lomas. Esta ciudad de Levante con sus culturas diversas, es provincia de Alicante y siempre te da sorpresas. El Peñón sigue marcando las miradas más complejas, en sus rutas van buscando comprender lecciones viejas. Calpe de sueños perdidos, Calpe de rosas al viento, en sus caminos erguidos hay gente que busca aliento. Los demonios no comprenden los misterios de la costa, dicen que a veces esconden algunas rutas angostas. Para subir al Peñón cuando la tarde termina, es encontrar la emoción del sueño que se elimina. Arriba se encienden luces que parecen ser demonios, mucho tiempo prevalecen sin ser jamás manicomios. Las miradas siguen fijas sobre sus bellas laderas, no se precisan clavijas ni buscar otras esperas. Calpe vive sus misterios entre preguntas distantes, nadie quiere cementerios en sus playas arrogantes. Los demonios van buscando a gentes de sus entornos, ellos solos van andando en los sufridos contornos. G X Cantalapiedra.