SOBRE LAS PLAYAS DE CALPE
Cuando piensas en milagros mirando unos ojos negros, puedes ver los vientos raros con sus gritos pasajeros. En Calpe puede que llueva incluso en el mes de enero, más en este clima suena mucho viento aventurero. Las miradas al futuro, los sueños son lisonjeros, nos queda ese mundo oscuro de ciertos virus ligeros. La pandemia va creciendo, mientras el Peñón nos mira, las gentes viven sintiendo el virus cuando se gira. Calpe viviendo su vida, entre brisas otoñales, no se ve ruta perdida con modales naturales. Dicen que existen misterios en estas costas mundanas, que tienen momentos serios en las noches y mañanas. Calpe despierta con fuerza marcando sus sentimientos, no se nota la pereza ni los malos sufrimientos. Las playas están brillando sin vivir sus soledades, el otoño ira dejando solitarias sus verdades. Despertar mirando al cielo que no se siente asustado, la vida te da el consuelo de algún paisaje cuidado. En Calpe brillan las noches, con sus barcos amarrados, algunos les ponen broches si se notan disgustados. Los fantasmas de la vida, son sombras sin un retoque, nadie busca la partida si el virus lanza su toque. Calpe respira silencio, sus playas son el motivo, que nadie las ponga precio ni quiera soñar festivo. Las palmeras siguen tristes, parecen tener pandemia, quizá busquen los despistes de tan malvada epidemia. Calpe florida en amores, con sus brisas marineras, esta tierra da colores sin ver flores altaneras. Las luces de la mañana parecen ser postineras, quieren esa vida sana sin ver rutas traicioneras. Calpe presiente misterios con esta negra pandemia, se temen los cementerios que no quieren la epidemia. La salud como destino, con normas que dan paciencia, cualquier penoso camino nos deja su indiferencia. G X Cantalapiedra.
Cuando piensas en milagros mirando unos ojos negros, puedes ver los vientos raros con sus gritos pasajeros. En Calpe puede que llueva incluso en el mes de enero, más en este clima suena mucho viento aventurero. Las miradas al futuro, los sueños son lisonjeros, nos queda ese mundo oscuro de ciertos virus ligeros. La pandemia va creciendo, mientras el Peñón nos mira, las gentes viven sintiendo el virus cuando se gira. Calpe viviendo su vida, entre brisas otoñales, no se ve ruta perdida con modales naturales. Dicen que existen misterios en estas costas mundanas, que tienen momentos serios en las noches y mañanas. Calpe despierta con fuerza marcando sus sentimientos, no se nota la pereza ni los malos sufrimientos. Las playas están brillando sin vivir sus soledades, el otoño ira dejando solitarias sus verdades. Despertar mirando al cielo que no se siente asustado, la vida te da el consuelo de algún paisaje cuidado. En Calpe brillan las noches, con sus barcos amarrados, algunos les ponen broches si se notan disgustados. Los fantasmas de la vida, son sombras sin un retoque, nadie busca la partida si el virus lanza su toque. Calpe respira silencio, sus playas son el motivo, que nadie las ponga precio ni quiera soñar festivo. Las palmeras siguen tristes, parecen tener pandemia, quizá busquen los despistes de tan malvada epidemia. Calpe florida en amores, con sus brisas marineras, esta tierra da colores sin ver flores altaneras. Las luces de la mañana parecen ser postineras, quieren esa vida sana sin ver rutas traicioneras. Calpe presiente misterios con esta negra pandemia, se temen los cementerios que no quieren la epidemia. La salud como destino, con normas que dan paciencia, cualquier penoso camino nos deja su indiferencia. G X Cantalapiedra.