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CALPE Y LAS NORMAS ACTUALES SIN CUMPLIR.
Vamos andando caminos por las playas muchas tardes, y vemos ciertos vecinos con gestos de intolerantes. Sin ponerse mascarillas, presumiendo con alarde, no serán gentes sencillas quien piensa que están en balde. Hay turistas extranjeros que se sienten intocables, algunos con largos pelos y gestos irresponsables. La pandemia va creciendo, lo dicen ciertos anclajes, que ven que se van muriendo en muchos raros paisajes. En Calpe lo vamos viendo, el ambiente es relajante, y el virus viene creciendo de una forma galopante. Guardemos las nuevas normas, la pandemia no es amante, y no la sirven las bromas del tranquilo caminante. Pensaremos como humanos que quieren vivir sin trances, nos lavaremos las manos sin buscar jamás balances. No vale gritar al viento, ni sirve ser caminante, ni lanzar tu mal aliento en cualquier maldito instante. Las terrazas son balcones con sus peligros constantes, ponerse las mascarillas para evitar ciertos males. Que nadie se sienta a salvo en estos serios instantes, la epidemia es un mal trago con sus virus galopantes. No vale pisar la arena, ni tener el mar delante, la pandemia es la condena que tiene el mundo brillante. En Calpe vuelan promesas que pueden ser mal talante, y piensan que ciertas mesas hacen la vida elegante. La pandemia nos espera, con sus garras por delante, nadie la quiere a su vera, pero es dura y arrogante. Cuando se nota el peligro debemos siempre frenarle, el virus lanza su giro y no puedes controlarle. El mañana le esperamos entre signos expectantes, debemos de comportarnos y dejar mitos de amantes. Calpe puso los remedios, que algunos llaman calmantes, más no quisieron sus medios por ser gente mal pensantes. Debemos ser responsables y mirar hacia adelante, existen muchos culpables con gritos de intolerante. Calpe lo sigue pensando, el virus sigue adelante, hoy puede llegar dañando al humano delirante. G X Cantalapiedra. 26 - 9 – 2020.
Vamos andando caminos por las playas muchas tardes, y vemos ciertos vecinos con gestos de intolerantes. Sin ponerse mascarillas, presumiendo con alarde, no serán gentes sencillas quien piensa que están en balde. Hay turistas extranjeros que se sienten intocables, algunos con largos pelos y gestos irresponsables. La pandemia va creciendo, lo dicen ciertos anclajes, que ven que se van muriendo en muchos raros paisajes. En Calpe lo vamos viendo, el ambiente es relajante, y el virus viene creciendo de una forma galopante. Guardemos las nuevas normas, la pandemia no es amante, y no la sirven las bromas del tranquilo caminante. Pensaremos como humanos que quieren vivir sin trances, nos lavaremos las manos sin buscar jamás balances. No vale gritar al viento, ni sirve ser caminante, ni lanzar tu mal aliento en cualquier maldito instante. Las terrazas son balcones con sus peligros constantes, ponerse las mascarillas para evitar ciertos males. Que nadie se sienta a salvo en estos serios instantes, la epidemia es un mal trago con sus virus galopantes. No vale pisar la arena, ni tener el mar delante, la pandemia es la condena que tiene el mundo brillante. En Calpe vuelan promesas que pueden ser mal talante, y piensan que ciertas mesas hacen la vida elegante. La pandemia nos espera, con sus garras por delante, nadie la quiere a su vera, pero es dura y arrogante. Cuando se nota el peligro debemos siempre frenarle, el virus lanza su giro y no puedes controlarle. El mañana le esperamos entre signos expectantes, debemos de comportarnos y dejar mitos de amantes. Calpe puso los remedios, que algunos llaman calmantes, más no quisieron sus medios por ser gente mal pensantes. Debemos ser responsables y mirar hacia adelante, existen muchos culpables con gritos de intolerante. Calpe lo sigue pensando, el virus sigue adelante, hoy puede llegar dañando al humano delirante. G X Cantalapiedra. 26 - 9 – 2020.