EL PEÑÓN MARCA DESTINOS
El Peñón marca destinos que no puedes olvidarlos, a veces sientes tus signos que debieras de cuidarlos. Siento las brisas del viento que corren por sus laderas, y recurro al sentimiento que te dejan las esperas. La noche le va cubriendo con sus sombras penitentes, y piensas que va sufriendo tantas olas permanentes. El Peñón viene marcando sombras de viejos marinos, que pudieran navegando hacer bonitos destinos. En Calpe vives soñando con sus paisajes dichosos, barrios que van alegrando muchos caminos gozosos. No olvidas nunca la estrella que adorna las alboradas, en cualquiera noche bella ves la Luna enamorada. Luces que adornan las piedras de ese Peñón destacado, donde apenas ves las hiedras en su mundo acantilado. Ifach le siguen llamando, con sus distintos misterios, alguien nos va recordando ciertos motivos muy serios. Las madrugadas son mitos cuando notas sus pendientes, que nadie las lanza gritos aunque las tenga presentes. Hay misterios que se guardan por mil distintas razones, y palabras que se embargan entre sucias intenciones. La verdad sigue marcando muchos pasos temblorosos, que quizá siguen buscando los fracasos horrorosos. Cuando la tarde se acaba y su cima resplandece, alguien dice que se alaba la duda que prevalece. Paredes de piedra parda, gaviotas con sus placeres, nadie sabe lo que tarda los grises atardeceres. El Peñón sigue tan firme, sin importarle la historia, nadie es posible que afirme si tiene buena memoria. El Mediterráneo brilla con sus estelas marinas, y la gente más sencilla siempre mira sus colinas. No sé qué tendrán sus piedras, ni si conocen los ruegos, allí crecen muchas hierbas que jamás tuvieron riegos. Mirar de noche al Peñón entre brisas veraniegas, hacen brillar la ilusión si los ecos se despliegan. Hay motivos de esperanza que nos van dando la vida, para lograr la balanza de cualquier ruta perdida. El mañana sigue libre sin conocer las barreras, algún periodista escribe que son buenas las fronteras. G X Cantalapiedra. 3 – 10 – 2020.
El Peñón marca destinos que no puedes olvidarlos, a veces sientes tus signos que debieras de cuidarlos. Siento las brisas del viento que corren por sus laderas, y recurro al sentimiento que te dejan las esperas. La noche le va cubriendo con sus sombras penitentes, y piensas que va sufriendo tantas olas permanentes. El Peñón viene marcando sombras de viejos marinos, que pudieran navegando hacer bonitos destinos. En Calpe vives soñando con sus paisajes dichosos, barrios que van alegrando muchos caminos gozosos. No olvidas nunca la estrella que adorna las alboradas, en cualquiera noche bella ves la Luna enamorada. Luces que adornan las piedras de ese Peñón destacado, donde apenas ves las hiedras en su mundo acantilado. Ifach le siguen llamando, con sus distintos misterios, alguien nos va recordando ciertos motivos muy serios. Las madrugadas son mitos cuando notas sus pendientes, que nadie las lanza gritos aunque las tenga presentes. Hay misterios que se guardan por mil distintas razones, y palabras que se embargan entre sucias intenciones. La verdad sigue marcando muchos pasos temblorosos, que quizá siguen buscando los fracasos horrorosos. Cuando la tarde se acaba y su cima resplandece, alguien dice que se alaba la duda que prevalece. Paredes de piedra parda, gaviotas con sus placeres, nadie sabe lo que tarda los grises atardeceres. El Peñón sigue tan firme, sin importarle la historia, nadie es posible que afirme si tiene buena memoria. El Mediterráneo brilla con sus estelas marinas, y la gente más sencilla siempre mira sus colinas. No sé qué tendrán sus piedras, ni si conocen los ruegos, allí crecen muchas hierbas que jamás tuvieron riegos. Mirar de noche al Peñón entre brisas veraniegas, hacen brillar la ilusión si los ecos se despliegan. Hay motivos de esperanza que nos van dando la vida, para lograr la balanza de cualquier ruta perdida. El mañana sigue libre sin conocer las barreras, algún periodista escribe que son buenas las fronteras. G X Cantalapiedra. 3 – 10 – 2020.