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CALPE VIENDO LAS GAVIOTAS CON HAMBRE
Como testigos del tiempo en esta ciudad marchosa, donde corre bien el viento y la vida es armoniosa. Las gaviotas pasan hambre, se las nota cada día, tienen que andar sin alambre buscando la porquería. Vuelan buscando comida por las playas adelante, tienen la brisa metida en algún vuelo rasante. Buscando los pececillos quisieran matar el hambre, se notan sus cuerpecillos que sufren algún calambre. En las playas los humanos las dan de comer al aire, otros ponen en sus manos frutos secos sin desaire. Vienen buscando comida, son mendigos frente al hambre, El Peñón tienen por vida donde el ambiente es amable. Gaviotas que van volando, algunas a ras de calle, quizá se marchen pensando en humanos sin detalle. Vienen volando bajito, sabiendo que son constantes, algunas sueltan su grito en ciertos duros instantes. El Peñón las da cobijo, Ifach se siente arrogante, las gaviotas son el hijo que quiso ser inmigrante. El hambre las desespera, las gaviotas son amables, más temen sufrir la espera de tiempos interminables. Gritos que corren las playas, gaviotas muy presentables, que pudieran trazar rayas en ruinas interminables. Los fenicios con sus huellas, hicieron bellos lugares, hoy miramos las estrellas que tienen algunos mares. En Calpe viendo las ruinas de sus calles ancestrales, que buscaron las colinas de paisajes naturales. Las gaviotas van buscando, el poder matar el hambre, el humano va pensando en no pisar un alambre. Las gaviotas se perfilan en bandadas impermeables, en sus vuelos hacen filas sin querer ser miserables. Vuelan con mucha soltura, llegando a los pisos altos, en sus vuelos ves diablura que a veces sueltan sus cantos. Las terrazas las divisan, sin ser posible pecado, y las comidas revisan si el vecino es despistado. El hambre marca caminos por lugares encantados, las gaviotas con sus gritos dejan los sueños truncados. Vuelan buscando comida, en lugares destacados, su ruta nunca es perdida. ni sus vuelos machacados. El hambre deja complejos, las gaviotas lo han notado, sin ver el hambre de lejos su tiempo sigue dañado. G X Cantalapiedra.
Como testigos del tiempo en esta ciudad marchosa, donde corre bien el viento y la vida es armoniosa. Las gaviotas pasan hambre, se las nota cada día, tienen que andar sin alambre buscando la porquería. Vuelan buscando comida por las playas adelante, tienen la brisa metida en algún vuelo rasante. Buscando los pececillos quisieran matar el hambre, se notan sus cuerpecillos que sufren algún calambre. En las playas los humanos las dan de comer al aire, otros ponen en sus manos frutos secos sin desaire. Vienen buscando comida, son mendigos frente al hambre, El Peñón tienen por vida donde el ambiente es amable. Gaviotas que van volando, algunas a ras de calle, quizá se marchen pensando en humanos sin detalle. Vienen volando bajito, sabiendo que son constantes, algunas sueltan su grito en ciertos duros instantes. El Peñón las da cobijo, Ifach se siente arrogante, las gaviotas son el hijo que quiso ser inmigrante. El hambre las desespera, las gaviotas son amables, más temen sufrir la espera de tiempos interminables. Gritos que corren las playas, gaviotas muy presentables, que pudieran trazar rayas en ruinas interminables. Los fenicios con sus huellas, hicieron bellos lugares, hoy miramos las estrellas que tienen algunos mares. En Calpe viendo las ruinas de sus calles ancestrales, que buscaron las colinas de paisajes naturales. Las gaviotas van buscando, el poder matar el hambre, el humano va pensando en no pisar un alambre. Las gaviotas se perfilan en bandadas impermeables, en sus vuelos hacen filas sin querer ser miserables. Vuelan con mucha soltura, llegando a los pisos altos, en sus vuelos ves diablura que a veces sueltan sus cantos. Las terrazas las divisan, sin ser posible pecado, y las comidas revisan si el vecino es despistado. El hambre marca caminos por lugares encantados, las gaviotas con sus gritos dejan los sueños truncados. Vuelan buscando comida, en lugares destacados, su ruta nunca es perdida. ni sus vuelos machacados. El hambre deja complejos, las gaviotas lo han notado, sin ver el hambre de lejos su tiempo sigue dañado. G X Cantalapiedra.