CALPE, DONDE LOS VIENTOS TE AZOTAN
Estas tardes otoñales con sus vientos azarosos, me parecen anormales y nadie les ve dichosos. Corren buscando las olas por la costa levantina, incluso dan al rompeolas una fuerza repentina. Calpe buscando calores para ver lucir sus playas, donde se buscan amores y suelen tener sus rayas. La pandemia marcó pasos, al dejar huecos distantes, los virus ponen fracasos en los bonitos instantes. Calpe con muchas gaviotas, que suelen bailar al aire, parecen ser las devotas del Peñón y su desaire. Calpe temiendo los vientos que parecen invernales, al dejar los sufrimientos envueltos en vendavales. Hay misterios que se llevan muchos sueños otoñales, cuando las brisas se quiebran los vientos no son normales. Calpe respira futuro, en sus tan bonitas tardes, en este tiempo tan duro se notan cosas amables. El Peñón sigue mirando el turismo vulnerable, la pandemia va dejando algún tiempo mejorable. Palabras que van calando en las mentes admirables, en Calpe se va notando esos vientos formidables. Pasarán los malos tiempos, Calpe seguirá brillante, veremos los nuevos vientos que alegran al emigrante. Sin problemas de pandemia, entre gestos más amables, detrás veremos tragedia con signos irremediables. Hoy solo queda pandemia que corre por todas partes, sin ser perfecta comedia nos deja sus malas artes. Cuando las olas se agitan y las costas tienen aire, los sentimientos nos gritan de paseo en cualquier parte. Hay misterios que se funden sin entender de linajes, muchas veces se confunden sin lograr hallar anclajes. El viento viene silbando entre las torres altivas, quizá nos llega gritando con olas que le motivan. Estas costas levantinas cargadas de mil leyendas, tienen preciosas colinas y muchas queridas sendas. Pisar haciendo camino sin verte nunca extranjero, es vivir como adivino sin derrochar el dinero. Calpe conoce misterios de sus noches embrujadas, con muchos momentos serios y palabras dislocadas. G X Cantalapiedra.
Estas tardes otoñales con sus vientos azarosos, me parecen anormales y nadie les ve dichosos. Corren buscando las olas por la costa levantina, incluso dan al rompeolas una fuerza repentina. Calpe buscando calores para ver lucir sus playas, donde se buscan amores y suelen tener sus rayas. La pandemia marcó pasos, al dejar huecos distantes, los virus ponen fracasos en los bonitos instantes. Calpe con muchas gaviotas, que suelen bailar al aire, parecen ser las devotas del Peñón y su desaire. Calpe temiendo los vientos que parecen invernales, al dejar los sufrimientos envueltos en vendavales. Hay misterios que se llevan muchos sueños otoñales, cuando las brisas se quiebran los vientos no son normales. Calpe respira futuro, en sus tan bonitas tardes, en este tiempo tan duro se notan cosas amables. El Peñón sigue mirando el turismo vulnerable, la pandemia va dejando algún tiempo mejorable. Palabras que van calando en las mentes admirables, en Calpe se va notando esos vientos formidables. Pasarán los malos tiempos, Calpe seguirá brillante, veremos los nuevos vientos que alegran al emigrante. Sin problemas de pandemia, entre gestos más amables, detrás veremos tragedia con signos irremediables. Hoy solo queda pandemia que corre por todas partes, sin ser perfecta comedia nos deja sus malas artes. Cuando las olas se agitan y las costas tienen aire, los sentimientos nos gritan de paseo en cualquier parte. Hay misterios que se funden sin entender de linajes, muchas veces se confunden sin lograr hallar anclajes. El viento viene silbando entre las torres altivas, quizá nos llega gritando con olas que le motivan. Estas costas levantinas cargadas de mil leyendas, tienen preciosas colinas y muchas queridas sendas. Pisar haciendo camino sin verte nunca extranjero, es vivir como adivino sin derrochar el dinero. Calpe conoce misterios de sus noches embrujadas, con muchos momentos serios y palabras dislocadas. G X Cantalapiedra.